EMPRENDIMIENTO
El combustible de tus sueños es tu corazón, es tu pasión, que es lo más difícil de conservar cuando estás emprendiendo. Todo lo demás —el éxito, la prosperidad, adaptarte al ritmo de trabajo cuando tú mismo eres el gerente y, al principio, la mayor fuerza laboral de tu compañía— llega por añadidura.
Parece algo elemental, ¿cierto? Pero no lo es. De hecho, hay dos sentimientos naturales
que frustran un porcentaje muy alto de las ideas de emprendimiento:
¿Por qué decimos que esos sentimientos son naturales? Porque biológicamente es inevitable temer a los cambios. Porque la mente y el cuerpo buscan la quietud, muchas de veces de una manera automática o inconsciente.
Pero el hecho de que esos sentimientos sean naturales no significa que debamos rendirnos a ellos y renunciar a nuestras ideas de negocio cuando aparecen las dificultades y las incertidumbres.
¡Todo lo contrario! Es vital saber cómo sostenerse en el barco cuando más se sacude. En otras palabras: es clave tener la capacidad de seguir marchando cuando nos dibujan cielos nublados, cuando nos preguntan “¿de qué vas a vivir?”, “¿qué vas a hacer si tus planes no funcionan?”, ¿por qué no sigues trabajando en el mismo lugar?” o “¿por qué un vuelves a tu trabajo de siempre?”.
Una idea de negocio puede ser muy creativa, puede estar soportada en minuciosos cálculos financieros y detallados estudios de mercadeo, pero tu emprendimiento se quedará en una idea si no tienes una afinidad profunda con él, si no logras que tu pasión te impulse cuando las voces de los demás y tu propia mente te dicen que los riesgos son muy altos, que mejor emprendes el año entrante y que no puedes jugar con tu salario.
Es decir, serás un emprendedor solamente en tu imaginación y en tu discurso. No emprenderás de verdad. Por eso, el emprendimiento no es una serie de pasos para crear un negocio. En realidad, el emprendimiento es una filosofía, un estilo de vida, una forma de ser, un tipo de personalidad. Los emprendedores están buscando un propósito de vida y una definición muy personal de la felicidad. Son valientes para aceptar que no están siendo felices en una situación determinada y tienen el coraje para transformar las circunstancias que están causando esa infelicidad.
1.El miedo de abandonar la zona de confort
2.La tentación de volver a la zona de confort
¿Se necesita valor para aceptar que uno no es feliz? ¡Claro que sí! ¡Y mucho! Porque uno puede acostumbrarse a la infelicidad muy fácilmente. Porque es tal el temor al cambio que a uno pueden darle mucho miedo incluso aquellos cambios que lo harían más feliz —por ejemplo, adoptar un estilo de vida más saludable, perder peso o ir de vacaciones a un lugar que nunca pensaste visitar—. Porque la idea de felicidad de los demás muchas veces no nos hace felices y nos avergüenza reconocerlo.
Tenemos dinero. Tenemos un puesto importante o tranquilo en una gran compañía. Pero en el fondo somos infelices. Cuesta mucho trabajo aceptarlo, ¿verdad?
Pues al emprendedor que logra desarrollar sus ideas de negocio no le cuesta tanto. Y si le cuesta en un principio, busca la manera de responderse honestamente y se pone a pensar libremente y sin temor qué lo haría feliz.
Luego viene el paso más importante: decidirse a hacerlo. Ese es el paso más importante y también el más largo, porque una cosa es más tomar la decisión por un instante y otra mantenerse decidido.
Jhonnatan Martínez y el equipo de ELI Labs cuentan con el factor humano, el conocimiento y la experiencia en coaching empresarial y coaching de vida para apoyar a los emprendedores en la búsqueda de esa idea de negocio que esté profundamente conectada con sus sueños, propósitos, potenciales, talentos y capacidades.
Para el equipo de ELI Labs, el emprendimiento no es solo la respuesta a la pregunta “¿cómo ganar dinero?”, sino también a “¿cómo ser feliz?” y “¿cuál es mi propósito de vida?”.